En primer lugar, considero que el principal Stakeholder afectado por los juguetes con plomo que vendía Mattel son sus clientes, principalmente niños, quienes vienen a ser los consumidores finales del producto.
Asimismo, con esta situación se generó un problema de confianza, ya que los padres confiaban en que los productos que compraban para sus hijos eran elaborados bajo estándares responsables, al ser los niños personas más vulnerables y que el cuidado hacia ellos debe ser mayor. El daño que les puede causar el plomo es terrible. Como se señala en el Network de Children Eviromental Health, organización multi disciplinaria:
“Los niños son más vulnerables a los efectos dañinos del plomo porque su cerebro y sus sistema nervioso se están desarrollando. Los niños, especialmente los de menos de seis años, también absorben mayores cantidades de plomo que los adultos con la misma exposición. Además, la conducta propia de los niños, como su mayor costumbre de llevarse las manos a la boca, su tendencia a jugar y meterse en lugares que pueden estar contaminados y su ignorancia de las medidas sanitarias y de seguridad, los ponen más en riesgo de envenenamiento producido por el plomo. El daño producido por el envenenamiento causado por el plomo dura toda la vida.” (CEHN 2008)
El error cometido por Mattel y su falta de control sobre la elaboración de sus productos, así como de auditoria y revisión hacia ellos, pudo terminar en una desgracia, ya que, como señala el texto previo, el daño que causa el plomo en los niños es irreparable. No fue necesario que los niños se acerquen a lugares contaminados para tener contacto con el plomo, sino que sus propios padres, las personas que más se preocupan por la salud de sus hijos, les llevaron este veneno a casa por culpa de una empresa transnacional y de reconocidas marcas que no tuvo el cuidado suficiente con sus productos.
Por último, así como Mattel afecta a sus clientes y consumidores y estos tienen derecho a que la empresa no atente contra su salud, ellos también afectan a la empresa, y en este caso de una manera poco favorable, ya que dejarán de comprar sus productos por temor a que exista alguna otra falla que pueda causarles daños, lo cual mortifica el principal interés de toda empresa, la cual es obtener ganancias.
En segundo lugar, considero que los proveedores, en este caso la empresa china que Mattel subcontrató para fabricar algunos juguetes y que “maquillaba” los juguetes con plomo, es un importante stakeholder de Mattel. Como indica Edgar Freeman en su artículo “Una teoría de la corporación moderna basada en los grupos de interés”: “Proveedores y compañía pueden surgir o hundirse juntos”. Este es un claro ejemplo, en el que la empresa subcontratada ocasionó un serio daño a su contratista, dañando la imagen y la confiabilidad de los productos vendidos por Mattel y perjudicando a los clientes y la rentabilidad de la empresa. Por otro lado, la empresa china también se vio afectada por el escándalo generado respecto a los juguetes con plomo. Tanto así, que varios diarios en internet como BCC Mundo, El Universal, entre otros, señalan que uno de los dueños de la empresa china se suicidó tras la noticia de que China le prohibiera temporalmente sus exportaciones. Asimismo, cabe resaltar que esto no solo daña a la empresa proveedora de manera significativa sino que a los productos chinos en general, generando la sospecha sobre los productos provenientes de este país.
Finalmente, considero que Mattel tuvo que prever el caos y debió y debe tomar precauciones en cuanto a las personas relacionas con la producción, distribución, marketing y todo aquello que involucre al producto en sí. En especial, tuvo que tener en cuenta que los productos chinos son productos económicos, por lo que existe una mayor probabilidad de que los estándares de calidad no sean muy minuciosos. Una posible solución hubiera sido mandar a una persona de Mattel a la empresa china para que verifique la calidad del producto y así hubiera evitado problemas.
En tercer lugar, tenemos a los accionistas como stakeholders de la compañía. En este caso los mismos se vieron afectados por el suceso del plomo, ya que las ventas cayeron después de que la noticia se difundió a nivel mundial. CNN en octubre del 2007 publicó la siguiente noticia en su portal de internet:
“Mattel Inc., la empresa de juguetes más grande del mundo, registró una baja en su ganancias del tercer trimestre, con lo que no alcanzó las estimaciones del Wall Street, debido a cargos por su reciente retiro a nivel global de juguetes que podrían resultar inseguros por el nivel de plomo.
El fabricante de las muñecas Barbie y el T.M.X Elmo dijo que las ganancias trimestrales cayeron a 236.8 millones de dólares, ó 61 centavos de dólar por acción, desde 239 millones, ó 62 centavos, del mismo periodo del año anterior.” (CNN Expansion 2007)
Como podemos observar, los accionistas se vieron perjudicados, dado que la rentabilidad de la empresa disminuyó a causa de la noticia del plomo causando que disminuya el precio de la acción afectando negativamente su retorno financiero.
Por último, pero no menos importante, está la comunidad como stakeholder de Mattel. En este caso, al ser Mattel una empresa transnacional y que sus productos se venden en tiendas ubicadas en diversos países del mundo, la comunidad afectada por el suceso del plomo no fue únicamente la estadounidense, sino que el hecho afectó a comunidades de todo el mundo. Como señala Edgar Freeman en su artículo “Una teoría de la corporación moderna basada en los grupos de interés”: “(…)En torno por la provisión de servicios locales, se espera que la compañía sea un buen ciudadano, como cualquier persona, natural o artificial”. De esta manera, Mattel no cumplió con su deber de buen ciudadano al promover productos que dañan la salud de sus consumidores perdiendo la confianza tanto de ellos como de las comunidades. Es así que la imagen se vio afectada de manera negativa, lo cual puede causar que los clientes leales ya no lo sean y que entre la comunidad no surjan nuevos clientes.
Bibliografía
CHILDREN EVIROMENTAL HEALTH
2008 http://www.cehn.org/index.html
CNN EXPANSION
Asimismo, con esta situación se generó un problema de confianza, ya que los padres confiaban en que los productos que compraban para sus hijos eran elaborados bajo estándares responsables, al ser los niños personas más vulnerables y que el cuidado hacia ellos debe ser mayor. El daño que les puede causar el plomo es terrible. Como se señala en el Network de Children Eviromental Health, organización multi disciplinaria:
“Los niños son más vulnerables a los efectos dañinos del plomo porque su cerebro y sus sistema nervioso se están desarrollando. Los niños, especialmente los de menos de seis años, también absorben mayores cantidades de plomo que los adultos con la misma exposición. Además, la conducta propia de los niños, como su mayor costumbre de llevarse las manos a la boca, su tendencia a jugar y meterse en lugares que pueden estar contaminados y su ignorancia de las medidas sanitarias y de seguridad, los ponen más en riesgo de envenenamiento producido por el plomo. El daño producido por el envenenamiento causado por el plomo dura toda la vida.” (CEHN 2008)
El error cometido por Mattel y su falta de control sobre la elaboración de sus productos, así como de auditoria y revisión hacia ellos, pudo terminar en una desgracia, ya que, como señala el texto previo, el daño que causa el plomo en los niños es irreparable. No fue necesario que los niños se acerquen a lugares contaminados para tener contacto con el plomo, sino que sus propios padres, las personas que más se preocupan por la salud de sus hijos, les llevaron este veneno a casa por culpa de una empresa transnacional y de reconocidas marcas que no tuvo el cuidado suficiente con sus productos.
Por último, así como Mattel afecta a sus clientes y consumidores y estos tienen derecho a que la empresa no atente contra su salud, ellos también afectan a la empresa, y en este caso de una manera poco favorable, ya que dejarán de comprar sus productos por temor a que exista alguna otra falla que pueda causarles daños, lo cual mortifica el principal interés de toda empresa, la cual es obtener ganancias.
En segundo lugar, considero que los proveedores, en este caso la empresa china que Mattel subcontrató para fabricar algunos juguetes y que “maquillaba” los juguetes con plomo, es un importante stakeholder de Mattel. Como indica Edgar Freeman en su artículo “Una teoría de la corporación moderna basada en los grupos de interés”: “Proveedores y compañía pueden surgir o hundirse juntos”. Este es un claro ejemplo, en el que la empresa subcontratada ocasionó un serio daño a su contratista, dañando la imagen y la confiabilidad de los productos vendidos por Mattel y perjudicando a los clientes y la rentabilidad de la empresa. Por otro lado, la empresa china también se vio afectada por el escándalo generado respecto a los juguetes con plomo. Tanto así, que varios diarios en internet como BCC Mundo, El Universal, entre otros, señalan que uno de los dueños de la empresa china se suicidó tras la noticia de que China le prohibiera temporalmente sus exportaciones. Asimismo, cabe resaltar que esto no solo daña a la empresa proveedora de manera significativa sino que a los productos chinos en general, generando la sospecha sobre los productos provenientes de este país.
Finalmente, considero que Mattel tuvo que prever el caos y debió y debe tomar precauciones en cuanto a las personas relacionas con la producción, distribución, marketing y todo aquello que involucre al producto en sí. En especial, tuvo que tener en cuenta que los productos chinos son productos económicos, por lo que existe una mayor probabilidad de que los estándares de calidad no sean muy minuciosos. Una posible solución hubiera sido mandar a una persona de Mattel a la empresa china para que verifique la calidad del producto y así hubiera evitado problemas.
En tercer lugar, tenemos a los accionistas como stakeholders de la compañía. En este caso los mismos se vieron afectados por el suceso del plomo, ya que las ventas cayeron después de que la noticia se difundió a nivel mundial. CNN en octubre del 2007 publicó la siguiente noticia en su portal de internet:
“Mattel Inc., la empresa de juguetes más grande del mundo, registró una baja en su ganancias del tercer trimestre, con lo que no alcanzó las estimaciones del Wall Street, debido a cargos por su reciente retiro a nivel global de juguetes que podrían resultar inseguros por el nivel de plomo.
El fabricante de las muñecas Barbie y el T.M.X Elmo dijo que las ganancias trimestrales cayeron a 236.8 millones de dólares, ó 61 centavos de dólar por acción, desde 239 millones, ó 62 centavos, del mismo periodo del año anterior.” (CNN Expansion 2007)
Como podemos observar, los accionistas se vieron perjudicados, dado que la rentabilidad de la empresa disminuyó a causa de la noticia del plomo causando que disminuya el precio de la acción afectando negativamente su retorno financiero.
Por último, pero no menos importante, está la comunidad como stakeholder de Mattel. En este caso, al ser Mattel una empresa transnacional y que sus productos se venden en tiendas ubicadas en diversos países del mundo, la comunidad afectada por el suceso del plomo no fue únicamente la estadounidense, sino que el hecho afectó a comunidades de todo el mundo. Como señala Edgar Freeman en su artículo “Una teoría de la corporación moderna basada en los grupos de interés”: “(…)En torno por la provisión de servicios locales, se espera que la compañía sea un buen ciudadano, como cualquier persona, natural o artificial”. De esta manera, Mattel no cumplió con su deber de buen ciudadano al promover productos que dañan la salud de sus consumidores perdiendo la confianza tanto de ellos como de las comunidades. Es así que la imagen se vio afectada de manera negativa, lo cual puede causar que los clientes leales ya no lo sean y que entre la comunidad no surjan nuevos clientes.
Bibliografía
CHILDREN EVIROMENTAL HEALTH
2008 http://www.cehn.org/index.html
CNN EXPANSION
2007http://www.cnnexpansion.com/negocios/2007/10/15/mattle-registra-baja-en-sus-ganancias/view
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